¿QUÉ ES UN RELOJ MECÁNICO?
No siempre es sencillo diferenciar entre los relojes mecánicos y los de cuarzo. Mientras que ambos muestran la hora, sus movimientos no funcionan de la misma manera.
Para darle un poco de información de trasfondo, el reloj mecánico fue el segundo instrumento inventado para dar la hora, después del reloj de sol. El primer reloj mecánico se construyó en Milán, Italia, en 1335. Con el paso del tiempo, estos relojes gigantes se redujeron en tamaño hasta que pudieron caber en un bolsillo, se convirtieron en automáticos (en 1777), y finalmente se usaron en la muñeca (desde 1790).
En este artículo, discutiremos las diferencias entre los relojes mecánicos y los de cuarzo, y por qué el reloj mecánico es una auténtica obra maestra de la industria relojera, transmitida de generación en generación.
Reloj mecánico vs. reloj de cuarzo
Un reloj mecánico está compuesto por un movimiento mecánico, es decir, por todos los componentes que le permiten funcionar, como el muelle principal, el escape y el resonador. Funciona a partir de la energía cinética almacenada en el barrilete, como esos pequeños coches que hay que empujar hacia atrás para hacerlos disparar hacia delante en cuanto se sueltan.
Hay dos tipos de relojes mecánicos:
• Relojes mecánicos manuales: deben ser rebobinados girando la corona al menos una vez al día
• Relojes mecánicos automáticos: se rebobinan automáticamente con los movimientos de la muñeca.
Un invento mucho más reciente, el reloj de cuarzo salió a la venta por primera vez en 1969. En su interior, un circuito electrónico y un movimiento funcionan mediante el uso de una pila. El impulso eléctrico de la batería hace que una fina lámina de cuarzo oscile, permitiendo que las manecillas se muevan.
Los relojes de cuarzo son conocidos por su precisión, y se venden a precios relativamente bajos. Sin embargo, su vida útil es mucho más corta que la de un reloj mecánico, ya que sus piezas electrónicas se desgastan muy rápidamente; sin mencionar la batería, que debe ser cambiada en promedio cada dos o tres años.
Una obra maestra de la ingeniería
Llevar un reloj mecánico es como llevar una vieja tradición en tu reloj todos los días. Es el resultado de una experiencia meticulosa y exigente que no se encuentra en ningún otro lugar, ya que algunos relojes mecánicos son verdaderas obras maestras de la industria relojera.
De hecho, muchos son considerados verdaderas obras de arte, donde la meticulosidad, la precisión y la complejidad han sido hábilmente combinadas y perfeccionadas por un relojero durante docenas, incluso cientos de horas.
Además de todo eso, también hay una cierta "magia mecánica". En los relojes skeleton, por ejemplo, en los que es posible ver el mecanismo a través de la caja del reloj, es fascinante poder observar el movimiento en acción, gracias al ensamblaje de sus docenas de piezas, donde cada una tiene su propio lugar y propósito.
Un objeto que trasciende las épocas
El reloj mecánico es uno de esos excepcionales objetos cotidianos que son a la vez útiles, decorativos e inmunes a la obsolescencia planificada. De hecho, su inigualable longevidad, entre 150 y 200 años, es posible debido a la vida útil y calidad de sus partes mecánicas. En comparación, la vida útil de un reloj de cuarzo oscila entre 2 y 5 años, dependiendo de la pila y la calidad de sus componentes electrónicos.
Además, la energía cinética que permite que un reloj mecánico funcione es inagotable. Incluso si no lo has usado durante mucho tiempo, sólo tienes que rebobinarlo usando la corona para que vuelva a funcionar, como un corazón reiniciado.
Gracias a esta notable longevidad, un reloj mecánico puede ser transmitido de generación en generación dentro de la misma familia, como el anillo de esmeralda de la abuela o un precioso libro antiguo que perteneció a su bisabuelo.
En conclusión, un reloj mecánico es un objeto excepcional, precioso y duradero, nacido de la experiencia de nuestros ancestros, y puede ser transmitido a las generaciones futuras, incluso después de pasar décadas de su primera muñeca.