A LA CABEZA DE LA CALIDAD SUIZA

Suiza es conocida por ser un país con una industria puntera y por su innovación a la par que por su excelencia. Es el lugar en el que se producen muchos artículos a través de un matrimonio entre calidad, meticulosidad, fiabilidad y durabilidad. Son numerosas las marcas tradicionales suizas que representan, cada una a su manera, los valores suizos de calidad y precisión por todo el mundo.

En este artículo explicaremos lo que hace que los productos suizos sean conocidos en todo el mundo por su calidad y descubrirás que la realidad de este éxito se encuentra a veces muy lejos de su percepción popular. 

Condiciones generales muy favorables

Suiza ha construido su prosperidad a través del desarrollo de productos y servicios con un alto valor agregado. Aquí están representados todos los sectores de vanguardia y la innovación encabeza nuestra economía. Nuestro país disfruta de unas muy buenas condiciones apoyadas por una fuerte voluntad política: 

  • Gran productividad.
  • Áreas de especialidad en todos los sectores de la alta tecnología.
  • Aplicación moderada de impuestos.
  • Nivel alto de formación.
  • Mano de obra multicultural y multilingüe.
  • Infraestructura moderna y efectiva.
  • Seguridad.
  • Estabilidad política
  • Leyes laborales flexibles. 

Programas de aprendizaje: la única formación profesional envidiada en todo el mundo

Suiza tiene uno de los mejores sistemas educativos y de formación profesional del mundo de acuerdo con el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés), rasgos que podrían ser la clave de la brillantez de sus programas de aprendizaje. 

Al acabar su educación obligatoria, los jóvenes suizos pueden elegir si continuar sus estudios u optar por la formación profesional (un programa de aprendizaje) en su mayor parte «dual». La última de estas dos opciones combina tanto formación en escuelas como experiencia práctica y se basa en un sistema de aprendizaje por medio del trabajo en una empresa durante tres o cuatro días a la semana junto con clases en una escuela de formación profesional. La formación, durante la cual la empresa paga al alumno en prácticas, dura de dos a cuatro años al final de los cuales se les otorga un título federal de FP (3 o 4 años) o un Certificado (2 años). Es entonces cuando el alumno puede incorporarse directamente al mercado laboral o comenzar una formación avanzada. Muchas pequeñas y medianas empresas suizas han elegido seguir este camino. 

¡Este sistema de formación profesional es tan eficaz que ha atraído la atención del resto del mundo! Entre 2012 y 2016 la Secretaría de Estado para la Educación, Investigación e Innovación (SERI por sus siglas en inglés) dio la bienvenida a alrededor de 120 delegaciones extranjeras (una media de dos al mes), compuestas por expertos e investigadores, importantes funcionarios del ámbito de la formación tanto a nivel nacional como regional y representantes ministeriales.

 A finales del 2014, el Consejero federal, Johann Schneider-Ammann, y varios líderes de multinacionales suizas acudieron como invitados a la Casa Blanca en EEUU para debatir acerca del sistema de formación dual (escuela y empresa), que permite a los suizos entrar en el mercado laboral al terminar su educación obligatoria. Con el objetivo de reducir el desempleo EEUU, como muchos otros países, quiere copiar el modelo suizo. 

Industria con una fuerte orientación internacional

El viejo cliché cuenta que la industria suiza elabora productos cuya fabricación y montaje se llevan a cabo al 100% en Suiza, pero la realidad es muy diferente. Parece que los suizos se han convertido, por encima de todo, en maestros de la orquestación de talento internacional en la fabricación de sus productos.

Para poder instalarse entre sus competidores internacionales, la economía suiza requiere en especial de materias primas asequibles y productos semielaborados así como cadenas de suministro seguras. Aquí es donde la maestría industrial suiza entra en juego; las empresas sobresalen porque se asocian con los proveedores extranjeros que sean necesarios.

Por lo tanto, los productos suizos dependen en gran medida de proveedores de servicios extranjeros. La distribución de su exportación según elementos de valor agregado nos muestra que un cuarto de esta actividad se lleva a cabo fuera del país. En las industrias química y farmacéutica, que representan casi la mitad de las exportaciones de Suiza en términos de valor, esta proporción está cerca del 40%. En general la mitad de las horas que se dedican a productos suizos vienen del extranjero. Por lo tanto, las empresas extranjeras proporcionan una contribución fundamental en la fabricación de productos suizos. 

CODE41: la síntesis de la tradición suiza

CODE41 es, en muchos sentidos, un ejemplo de la experiencia artesana suiza en la fabricación de un producto de gran calidad: 

  • un equipo multicultural y multilingüe;
  • una mezcla de formación profesional y avanzada;
  • la destreza en la relojería combinada con un profundo conocimiento del comercio internacional.

 Gracias a la experiencia única del equipo de CODE41 y la hábil organización de los proveedores extranjeros, nuestra empresa tiene capacidad para ofrecer relojes mecánicos con calidad suiza a precios imbatibles. Teniendo todo esto en cuenta, nuestro fundador Claudio D’Amore declaró al principio del proyecto que la garantía de calidad suiza es, sobre todo, sinónimo de la implicació suiza en el producto :-)

(RE)DESCUBRIR LAS COLECCIONES